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La reconstitución de escena comenzó pasadas las 16 horas.

Paz Fernandez

Martes 4 de septiembre de 1973

En poco más de 45 minutos uno de los integrantes del comando terrorista de izquierda, que el miércoles de la semana pasada asaltó y dio muerte al subteniente de Ejército, Héctor Lacramprette Calderón, reconstituyó ayer en la tarde el alevoso atentado. La diligencia fue decretada por el titular del Sexto Juzgado del Crimen. Alberto Albónico Munizaga, que sólo 48 horas antes – y como lo informó exclusivamente la División Policial de LA TERCERA- encargó reos a los cinco extremistas como autores del delito de “robo con homicidio”. En la misma resolución, tres de los cinco hechores fueron declarados reos, además, por infringir disposiciones de la Ley sobre Control de Armas, municiones y explosivos.

La reconstitución de escena comenzó a las 16 horas y 35 minutos, cuando el chofer de la camioneta de la empresa estatal de INDUGAS, Carlos Garrido Oyarzún, salió en una patrullera de Investigaciones desde el Sexto Juzgado del Crimen, ubicado en Avenida España 24, escoltado por dos funcionarios de prisiones armados con metralletas. Garrido fue sentado en la parte posterior del vehículo, en medio de los dos funcionarios, mientras que en la parte delantera se ubicó el magistrado Albónico y un actuario.

A velocidad moderada, la patrullera tomó por Alameda y luego por Diagonal Paraguay hasta José Miguel Infante. De allí siguió por Eleodoro Yáñez hacia Colón. El vehículo policial se detuvo a las 16 horas y 57 minutos frente al número 3873 de esa arteria. Sin descender, el muchacho se limitó a responder las consultas del juez del Sexto Juzgado y a indicar con sus manos los lugares precisos. A las 17 horas y un minuto, el automóvil del Servicio de Investigaciones volvió a emprender la marcha y se dirigió por Alcántara  hasta Apoquindo,

En Apoquindo se estacionó frente a la Embajada de España, ubicada en el número 3742 y después de permanecer hasta las 17 horas y siete minutos avanzó unos metros más adelante, para detenerse finalmente frente al cine El Golf. Sólo cinco minutos estuvo detenido la patrullera en medio de la expectación de unos pocos curiosos que esperaban movilización y que no reconocieron al extremista sentado en medio  de los funcionarios de prisión. A las 17 horas y 13 minutos, la diligencia estuvo terminada, y la patrullera enfiló por Nueva Los Leones hacia Costanera, para dirigirse por último a la Cárcel donde quedó en calidad de incomunicado el chofer Carlos Garrido Oyarzún.

Esta diligencia servirá más que nada para aclarar algunas dudas al magistrado sobre la forma en que ocurrieron los hechos, mientras los autores insisten en señalar que el teniente Lacramprette les habrá hecho dedo frente al Teatro El Golf, la lógica indica otra cosa. La noche del crimen, la víctima estuvo comiendo en casa de unos tíos que viven en la Verbenas. Esos familiares lo acompañaron posteriormente a Bilbao con Tobalaba, donde el militar les pidió que lo dejaran solo pues el se las arreglaría para tomar locomoción y llegar a su casa.

Lo natural es que él debió llegar a Colón y de ahí seguir por Alcántara para tomar Providencia. Sin embargo, los integrantes del comando insisten en que lo vieron frente al cine El Golf. Para que ello hubiera ocurrido el teniente tendría que haber caminado unas cuadras de más lo que no tiene sentido. De comprobarse que los terroristas mienten, quedaría además claro que al joven Lacramprette lo habrían “secuestrado” en Colón con Alcántara y luego lo golpearon. Se sabe que al militar le robaron su reloj, la chaqueta, 700 escudos y primero lo golpearon en la cabeza para por último, matarlo de cuatro balazos.

En las próximas horas se espera tener una versión completa de las confesiones hechas por Garrido durante su viaje en la patrullera y de la versión que entregó al juez Alberto Albónico.