La muestra está inserta en un biblioteca en la que retumban los versos del antipoeta, el resguardo del silencio parece no importar ya que la sala lleva por nombre Nicanor Parra Sandoval y todo parece estar permitido con el fin de perturbar
Lo que partió inicialmente como el registro único de sus pizarrones, luego se convirtió en el registro de la figura de Parra dando su última clase. Su gestor explica que "las clases de Nicanor me abrieron un poco la mente a la literatura y al arte".
Por otra parte aseguran que a Parra, con esta iniciativa, no le interesa celebrar sus 100 años pero sí los 60 de la antipoesia, su principal legado.
Revisa el informe del periodista Claudio Fariña.
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