El mundo católico esperaba expectante la asunción de Jorge Bergoglio como el Papa Francisco este martes.
El camino que debía recorrer era sobre el habitual vehículo llamado Papamóvil y las salidas de protocolo eran algo que no se esperaba. El Papa Francisco descendió en reiteradas veces de su transporte para saludar a las personas. Besó guaguas y bendijo a muchos de los asistentes.
Sin embargo, la mirada de Francisco se clavó en una persona en especial, Cesare Cicconi.
Este hombre se encontraba en brazos de sus familiares ya que padece de una esclerosis lateral amiotrófica, con lo que sólo puede mover con dificultad una mano.
Cicconi, cuya madre falleció hace pocos meses, es cuidado por su hermana de 43 años, y por sus amigos, quienes fueron testigos del afectuoso saludo de Francisco.
"Me dio un beso en la frente y dijo: Ora por mí", afirmó Ciccone a los medios italianos sin poder dejar la sonrisa que le produjo este saludo fraterno y humilde del Sumo Pontí