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Los momentos difíciles de Francisco

Jorge Bergoglio, ahora el Papa Francisco, debió enfrentar acusaciones en tiempos cuando gobernaba la dictadura argentina de Videla.

Francisco Guerrero

Jueves 14 de marzo de 2013

El recién elegido Papa Francisco llegó a liderar la congregación jesuita de Argentina de 1973 a 1979, uno de los periodos en que debió enfrentar la oscuridad de la disctadura militar en su país.

Es esta, de seguro, la etapa más polémica en la carrera de Jorge Bergoglio, ya que se le acusó de guardar silencio e, incluso, de no ayudar a dos sacerdotes cuando fueron capturados por la represión argentina.

Estos cuestionamientos se refieren al secuestro de los jesuitas Orlando Yorio y Francisco Jalics, detenidos clandestinamente por la dictadura por hacer tareas sociales en barriadas de extrema pobreza. Según la acusación, Bergoglio les retiró la protección de su orden religiosa. Ambos párrocos sobrevivieron a un encierro de cinco meses.

Esta acusación aparece en el libro "El silencio" del periodista Horacio Verbitsky, también presidente de la entidad privada defensora de los derechos humanos CELS. Se apoya en declaraciones de Yorio antes de fallecer por causas naturales en 2000.

"La historia lo condena: lo muestra como alguien opuesto a todas las experiencias innovadoras de la Iglesia y sobre todo, en la época de la dictadura, lo muestra muy cercano al poder militar", señaló tiempo atrás el sociólogo Fortunato Mallimacci, ex decano de la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad de Buenos Aires.

Los detractores de esa postura sostienen que no está probada y que, por el contrario, Bergoglio ayudó a muchos a escapar de las fuerzas armadas durante los años de plomo.

En el Vaticano, lejos de la mancha ignominiosa de la dictadura que aún sobrevuela sobre muchos de los que tuvieron actividad pública en esa etapa de Argentina, se espera que este hombre silencioso conduzca la estructura de la iglesia con mano férrea y con una marcada preocupación social.

También tuvo problemas con Cristina

Los políticos argentinos fueron varias veces blanco de la retórica filosa del sacerdote, que los acusó de no combatir la pobreza y querer enquistarse en el poder.

En el 2010, también se enfrentó al Gobierno de la presidenta Cristina Fernández cuando impulsó una ley para permitir el matrimonio entre personas del mismo sexo.

"No seamos ingenuos: no se trata de una simple lucha política; es la pretensión destructiva al plan de Dios", escribió Bergoglio en una carta días antes de que el proyecto fuera aprobado por el Congreso.