Corría el minuto 99 con 18 segundos cuando Claudio Bravo se convirtió en héroe al estirarse al límite para sacar un cabezazo de Sergio Agüero.
Aquella tapada considerada clave para mantener el 0-0 entre Chile y Argentina en la final de la Copa América Centenario será inmortalizada por la municipalidad de Buin, donde el capitán de la Roja es oriundo.
Así, mientras algunos seleccionados serán reconocidos como hijos ilustres en sus respectivas comunas, el alcalde Ángel Bozán decidió homenajear al portero del Barcelona con una estatua.
El lugar escogido fue la plazuela de San Martín, donde coincidentemente hay un espacio libre para situar el monumento.
Al conocer de la iniciativa, Bravo agradeció el gesto, pero con humildad avisó que "aún quedan muchas cosas por hacer con la Selección".