Impacto causó en su momento el gesto que tuvo Marcelo Bielsa con el Presidente Sebastián Piñera. El Mandatario por poco se queda con la mano estirada cuando recibió a la Selección Nacional después de su participación en el Mundial de Sudáfrica 2010. Quien no se quedó con la mano estirada fue Gabriel Ruiz-Tagle, subsecretario de Deportes en ese momento: sencillamente Bielsa lo ignoró.
Hoy, un nuevo gesto —o más bien la ausencia de— llama la atención de la prensa mundial. Marcelo Bielsa lo hizo de nuevo: Esta vez dejó con la mano estirada al presidente del Atlético de Madrid, Enríque Cerezo, y casi ni miró al recibir la medalla del segundo lugar a Michel Platini, presidente de la UEFA, y al Príncipe de Asturias.