Si la historia tiende a repetirse, el Real Madrid tiene entonces muchas razones para soñar con el mayor título de clubes a nivel continental. Al igual que durante la novena, le ha tocado en el camino medirse ante el Galatasaray turco, al que logró superar sin demasiado sufrimiento.
El Galatasaray planteó el partido ideal para los intereses blancos. Un partido abierto y con espacios. El contexto perfecto para la imaginación y visión de Özil y la velocidad de Di María o Cristiano Ronaldo. Un suicidio colectivo en el que se colaron dos invitados sorpresa, los cuestionados Karim Benzema y Gonzalo Higuaín. Ambos delanteros se reencontraron con el gol y sellaron las paces con el Santiago Bernabéu justo en el mejor momento.
La goleada la abrió, quien si no, Cristiano Ronaldo, que se convirtió en el máximo realizador del torneo hasta el momento. Fue a los 9 minutos de encuentro, tras recibir una gran habilitación de su mejor socio en la cancha, el alemán Mesut Özil.
Cristiano pedía calma, porque se sabía muy superior a un equipo que, además, no renunciaba, en una actitud valiente y loca, al ataque, permitiendo con facilidad las transiciones rápidas de los merengues, que no tuvieron piedad.
El segundo tanto llegó antes de la media hora de juego. Fue obra del francés Benzema, que logró bajar un balón centrado desde la derecha por Essien (sustituto de Arbeloa en esta ocasión), pensar, y conectar el balón a la red con pierna derecha. Un tanto que hacía apagar las ilusiones de los miles de aficionados turcos desplazados a la capital española.
El poco peligro que permitió el Madrid tuvo la gran respuesta de Diego López, arquero titular del conjunto blanco que ha desplazado a Iker Casillas hasta no llegar a estar ni en la convocatoria.
En la segunda mitad, el Madrid no bajó el ritmo hasta lograr la ventaja definitiva. Fue en un lanzamiento a pelota parada de Xabi Alonso desde la izquierda que se topó con la cabeza de Higuaín, sorprendiendo una vez más al arquero uruguayo del Galatasaray, Muslera. Corría el minuto 73 de encuentro, y el elenco de Mourinho comenzó a pensar en reservar fuerzas.
Primero fue el propio Alonso el que forzó una cartulina amarilla que le impedirá disputar la vuelta en el infierno turco. Luego, Essien, también encontró la sanción que le permitirá llegar limpio a semifinales. Y por último Sergio Ramos, que emuló pocos minutos después a sus compañeros.
La ventaja permite al Madrid visitar nuevamente el clásico Ali Sami Yen, estadio del Galatasaray, con un amplio margen que le permite soñar con la ansiada décima, sólo un paso más cerca.