Los técnicos son los protagonistas de partidos que menos acción tienen durante el mismo, ya que solo se limitan a dar órdenes desde un costado del campo de juego, sin hacer el esfuerzo de los jugadores o árbitros.
Sin embargo, Roberto Mancini tuvo una inesperada y violenta interacción con el balón, llevándose la peor parte en el encuentro donde su equipo, el Inter de Milán, superó por 3-1 al Genoa por la Serie A italiana.
Se jugaba la segunda parte del compromiso cuando la pelota era disputada a un costado, cuando repetinamente uno de sus pupilos la despejó con fuerza fuera del campo.
El balón fue directamente al rostro del técnico quien, debido a la fuerza del impacto, cayó de espaldas al césped, quedando visiblemente afectado.
No obstante, el DT se tomó la maniobra con humor, riéndose tras lo ocurrido y pidiendo "el cambio" con gestos, en una de las situaciones más divertidas que dejó el fútbol este fin de semana.