El Gobierno argentino anunció este jueves que durante dos años prohibirá el ingreso a los estadios de doce integrantes de la barra brava del club Boca Juniors.
La medida fue dictada por la Dirección Nacional de Seguridad de Espectáculos Futbolísticos y publicada en el Boletín Oficial, el órgano que comunica las acciones del Estado argentino.
La prohibición alcanza a los dos líderes de la barra brava boquense, conocida como "La Doce", Rafael Di Zeo y Mauro Martín, quienes tienen antecedentes penales de participar de actos de violencia en los estadios.
La medida aplicada a los doce aficionados está incluida en el "Reglamento de prevención contra la violencia en espectáculos futbolísticos", puesto en vigencia por el Ministerio de Seguridad argentino.
La norma prevé que en forma preventiva se podrá "restringir la concurrencia a espectáculos futbolísticos a toda persona que considere que pueda generar un riesgo para la seguridad pública".
En el caso de los barras de Boca, la resolución mencionó que para aplicar la prohibición se tuvieron en cuenta sus "antecedentes y comportamientos" en los estadios. Por ese motivo, fueron "considerados capaces de generar un riesgo que atente contra el normal desarrollo de un encuentro futbolístico".
La violencia domina al fútbol argentino desde hace décadas. Primero surgió como un fenómeno adjudicado a personas "inadaptadas" para asistir a un espectáculo deportivo, pero en los últimos años quedó en evidencia el vínculo estrecho entre barras, futbolistas, dirigentes de los clubes y hasta políticos.
El pasado domingo once integrantes de uno de los dos grupos en los que se divida la barra brava de Racing fueron detenidos adentro del estadio del club, adonde habían estacionado cinco autos de alta gama. En su poder la policía encontró armas, drogas y entradas para ingresar a futuros partidos del equipo.
Este martes, barrabravas del club Atlanta, de la Tercera División de Argentina, agredieron a los jugadores del plantel.
El 17 de abril, tras dos días agonía, murió en la ciudad argentina de Córdoba un joven, de 22 años, aficionado del club Belgrano que había sido golpeado y arrojado desde las gradas al vacío por otros simpatizantes del mismo club.