Los hinchas de Independiente de Avellaneda terminaron furiosos luego de la inapelable derrota de su equipo por dos goles a cero frente al clásico rival, Racing, que además los dejó en situación de descenso.
Era la madrugada del domingo y una marquesina de la sede de Independiente de Avellaneda, en Buenos Aires, era incendiada. Un grupo no identificado generaba el problema que se complementaba, de forma paralela con un robo de dos carretillas en otra sede del club.
"Entraron al estadio, robaron un carro para trasladar cosas, y en Boyacá quemaron con combustible el frente", dijo el presidente del club, Javier Cantero a los medios argentinos.
Producto del incendio un policía resultó con quemaduras en ambas manos y en su cuello. Según las autoridades no habría testigos del hecho aunque el tesorero del club, Daniel Riveiro, aseguró que están revisando las cámaras de seguridad.
Eso sí, el máximo dirigente del club tiene sospechas sobre el responsable del ataque: se trata del líder de la barra Pablo "Bebote" Álvarez, que se encuentra marginado de la cancha junto a otros hinchas por derecho de admisión.
En declaraciones hechas a Radio La Red de Argentina, Cantero relacionó los hechos al enfrentamiento que mantiene con la barra de Independiente: "Me metí en esta batalla, la guerra la han perdido y ahora vienen con guerra de guerrillas", reflexionó.
El vicepresidente del equipo, Claudio Keblaitis, agregó que "no fue una bomba sino que rociaron combustible sobre la marquesina y la cortina" y vinculó el ataque con el resultado del partido de ayer.
"No podemos desligarlo del resultado del clásico que ocurrió ayer", sostuvo Keblaitis.