La lluvia o la nieve suelen ser fenómenos climáticos que pueden suspender un partido de fútbol, pero en pocas ocasiones se ha visto que el viento fuera el principal impedimento para desarrollar un encuentro.
Es por eso que llamó tanto la atención lo ocurrido en España, en el duelo amistoso que se encontraban disputando el Rubin Kazan y el Amkar.
El marcador estaba a favor del Rubin por 1-0 en el primer tiempo, cuando uno de los porteros se aprontaba a sacar desde la meta, pero los vientos eran tan fuertes que se hacía muy difícil jugar.
Claro que esto empeoró, ya que las ráfagas tenían tal intensidad que, increíblemente, movieron de lugar uno de los arcos.
Los jugadores lo pusieron nuevamente en su lugar, esperaron que el viento amainara un poco y, finalmente, pudieron continuar con el encuentro, pese a la particularidad de lo ocurrido.