Arjen Robben protagonizó una de las acciones más comentadas del fin de semana futbolístico, cuando en el partido entre el Bayern Münich y Mainz por la Bundesliga mostró un evidente enojo contra Pep Guardiola.
En aquel encuentro, el técnico le quitó al holandés la responsabilidad de ejecutar un penal —él es el designado para hacerlo— para que en su lugar lo hiciera Thomas Müller, lo que generó una "pataleta" del extremo zurdo.
Este miércoles, en el compromiso entre Bayern Münich y Viktoria Plzen por la Champions League, los bávaros tuvieron un nuevo penal a su disposición, pero Robben terminó cobrándose "revancha".
Esto porque se negó a ejecutar el tiro desde los doce pasos, pese a que sus compañeros le pidieron que pateara, desobedeciendo las órdenes del ex entrenador del Barcelona.
De hecho, el mismo DT hacía gestos desde la banda para que fuera Robben el que disparara, pero no hubo caso: Ribery tuvo que hacerse cargo de la situación y terminó haciendo el primero de los cinco goles de su equipo en el encuentro.