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Agridulce debut

Las deportistas de Arabia Saudita y Qatar debutaron en Londres 2012 con poca suerte, pero con mucha emoción.

Alonso Sanchez

Viernes 3 de agosto de 2012

Por primera vez en la historia, Arabia Saudita y Qatar llevaban a representantes mujeres a la cita deportiva más importante del mundo, por lo que su participación era objeto de atención.

En su primer contacto con el olimpismo, la judoca saudí de 16 años Wojdan Shaherkani impresionó en la ceremonia inaugural al portar la bandera de su país con su tradicional hiyab.

Después de dejar de lado la emotividad de su participación, comenzaron las competencias, donde no tuvo una buena presentación.

Shaherkani estuvo en escena sólo 90 segundos antes de que la puertorriqueña Melissa Mojica la eliminara sin problema alguno.

 

Pese a su derrota, su paso por Londres 2012 no será olvidado: cuando fue anunciado su nombre por los parlantes, el público del Exel Arena le brindó una de las mayores ovaciones escuchadas hasta aquí en ese recinto.

Quizás las duras reglas que tiene que seguir en su país, donde tiene que pedir permiso a un hombre, entre otras cosas, para casarse, divorciarse, trabajar, viajar e ir a un hospital, sumado a la negativa inicial del Comité Olímpico Internacional (COI) de no permitirle usar su tradicional velo islámico, acción que fue finalmente desestimada, hicieron que se ganara el cariño del público.

Qatar también dijo presente

Los 17 años que tiene Noor Hussain Al-Malki no la hacen especial. Lo que sí convierte en todo un ícono en su país, Qatar, es que se transformó en la primera mujer en asistir a unos Juegos Olímpicos defendiendo la bandera del emirato.

La participación de la velocista también generaba expectación, lo que hizo aún más especial su carrera de los 100 metros libre. En las instancias de clasificación sufrió una lesión, que resintió después en la carrera.

Al verse imposibilitada de continuar, Noor Hussain Al-Malki se sentó en la pista y tuvo que ser evacuada del lugar en silla de ruedas.

No obstante, la misión estaba absolutamente cumplida: defender los derechos de las mujeres de su país y abrir camino en un mundo tan complicado para las féminas como el islámico.