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Las joyas olímpicas

Ya sea por inversiones millonarias en deporte o por mérito propio, algunos deportistas ya se convirtieron en fenómenos.

Javiera Salinas

Lunes 30 de julio de 2012

Mientras todos se concentraban en lo que haría Michael Phelps o Ryan Lotche en el Centro Acuático de Londres, dos pequeñas se convirtieron en gigantes, tal como ocurrió en el levantamiento de pesas. Y es que Londres 2012 se convierte en los Juegos donde los grandes de antaño dan paso a nuevos fenómenos.

Todo comenzó el sábado con la aparición de la nadadora Ye Shiwen, de 16 años, quien pulverizó el récord mundial en la final de los 400 metros estilos individual con 04'28''43, un tiempo menor al obtenido por el estadounidense Lotche en la versión masculina de la prueba.

Su sorprendente desempeño provocó series dudas en los más escépticos, quienes indican que es necesario una prueba de dopaje. Sin embargo, la nadadora china es tan natural ante los micrófonos como en el agua. Aclaró que desde pequeña entrena de "forma científica" y que en su país tienen normas anti doping muy estrictas.

 

Lo que no es sorpresivo es que su oro sea uno de los que permite a China liderar el medallero en Londres, ya que es sabido que tiene políticas deportivas que destinan millonarias sumas para ser competitivos en las Olimpiadas y ser potencia en otros ámbitos fuera de la economía.

Sólo por dar una cifra, el gobierno chino invirtió cerca de 8.000 millones de dólares para conseguir las 100 medallas en los Juegos de Beijing 2008.

En la vereda opuesta está la nadadora de 15 años Ruta Meilutyte, quien se quedó con el oro en 100 metros estilo braza, pero que tuvo que abandonar su natal Lituania en 2010 para continuar con su preparación.

 

La deportista estudia y entrena en Inglaterra bajo las órdenes del británico John Rudd, con quien logró este lunes convertirse en la primera nadadora quinceañera en quedarse con una presea dorada desde 1973.

Ahora se espera que es lo que puede hacer en los 50 y 100 metros estilo libre.

Otros atletas sub 25 que han logrado la chapa de fenómenos son los levantadores de pesas Om Yun, de Corea del Norte, y Zulfiya Chinshanlo, de Kazajastán, dos países que no destacan en millonarias inversiones deportivas.

 

El halterófilo norcoreano fue estrella en la categoría 56 kilos y levantó un total de tres veces su peso: 293 kilos, superando al doble campeón del mundo, el chino Wu Jingbiao.

"Estoy muy feliz y doy las gracias a nuestro líder por darme la fuerza necesaria para levantar este peso. Kim Jong Il me ha dado el récord y todo lo que he conseguido", dijo tras conseguir el oro el deportista de 20 años.

Un agradecimiento similar tuvo la kazaja. Emocionada tras establecer nuevos récord olímpico y mundial en la categoría 53 kilos al levantar 226 en la modalidad envión, Chinshanlo dio las gracias al presidente de su país, Nursultán Nazarbáiev, por el apoyo.

"Esto es un sueño. Fueron cuatro años muy duros", señaló con lágrimas en los ojos.

Con medallas y récords en las manos, nuevas figuras ascienden en los primeros días de estos Juegos. Recién el 12 de agosto se podrá hacer un balance, pero hasta ahora el futuro de estos deportistas es provechoso.