Una pequeña sensación de injusticia quedó tras la final de salto de la gimnasia artística de los Juegos Olímpicos de Londres 2012, luego que el ganador de la medalla de oro, el surcoreano Yang Hak-Seon, diera tres pasos luego de su caída en el primer brinco.
Esto provocó las críticas a los jueces por parte del entrenador de Tomás González, el cubano Yoel Gutiérrez, quien recalcó que se privilegió el nivel de dificultad en lugar de la ejecución del salto.
Si tomásemos en cuenta sólo este aspecto, el gimnasta chileno habría ganado la medalla de oro, ya que sumó 18,766 en la ejecución de sus dos saltos; una décima más que el campeón asiático. Por eso, la molestia del técnico.
"Todos vimos como saltó, como ejecutó. Yo como entrenador planteó que esto es gimnasia artística, donde debe haber virtuosismo, limpieza en la ejecución, aterrizajes correctos. Si es gimnasia extrema, yo estoy equivocado", argumentó Gutiérrez.
Una situación similar ocurrió en la final femenina, donde la estadounidense McKayla Maroney ganó la medalla de plata, pese a caer sentada luego de uno de sus saltos.