La frecuencia con la que los récords mundiales se romperán será cada vez menor. Según un estudio realizado en base a la estadísticas de valor extremo, ya que las condiciones en las que desarrollan los deportes han mejorado hasta llevar a los atletas al límite.
La revista Popular Science (PopSci) informó que el estudio realizado por Alan Nevill, un bioestadístico de la Universidad de Wolverhampton en Inglaterra, muestra que los registros mundiales tienden a mantenerse por largo tiempo para luego obtener nuevas marcas gracias a las nuevas tecnologías y a un aumento en la competitividad en los mismos deportistas.
Y es que ahora quienes compiten cuentan con mejores condiciones que las que existían en los primeros Juegos Olímpicos modernos, celebrados en 1896. Ahora son profesionales en lugar de aficionados.
Dentro de ese cálculo también se considera que si un atleta no fuera más fuerte o más rápido y no cambiara sus técnicas de entrenamiento también se podrían romper récord, ya que hay otros elementos en juego como las condiciones de los lugares donde compiten o, incluso, el clima.
Nevill también explicó que hay deportes que tienen múltiples períodos de aceleración al momento de establecer nuevos récords. Por ejemplo, el ciclismo varió drásticamente con la incorporación de la fibra de carbono en el diseño de las bicicletas, mientras que los esteroides anabólicos pudieron contribuir para lograr hitos en la pista de atletismo.
Sin embargo, se estima que llegará un momento donde se habrán agotado las oportunidades de innovación y las posibilidades de romper un récord serán casi nulas.
"Los atletas tienden a romper récords sólo durante épocas donde exista mucha innovación, el resto del tiempo las mejoras apenas incrementan un poco o son inexistentes", dijo Nevill.
Usando la estadística de valores extremos se considera que el tiempo mínimo que conseguirán los hombres en los 100 metros planos será de 9,51 segundos, sólo siete segundos menos de lo que ostenta el jamaicano Usain Bolt en esa prueba.