El rugby, pese a su agresividad, es uno de los deportes más leales del mundo.
Sin embargo, las pasiones son difíciles de controlar, como quedó demostrado en este encuentro entre el ST. Helens y el Wigan por la final del Rugby League.
Lance Hohaia, de Helens, llegó tarde al cruce con Ben Flower, quien perdió los estribos.
Acto seguido, Flower golpeó a su rival y lo tiró al piso. Ahí, lo remató con otro violento golpe.
Como era de esperarse, el jugador fue expulsado inmediatamente.