En Los Angeles, como anfitriones, los Lakers vieron un flojo regreso de su astro Kobe Bryant y cedieron ante los Houston Rockets por 108 a 90.
Byrant, aquejado de lesiones en las piernas en las dos últimas temporadas, regresó y apenas encestó 19 cartones, mientras que el olímpico James Harden guiaba al quinteto texano con la friolera de 32 tantos.
Kobe inició su 19ª campaña con la etiqueta de jugador mejor pagado de la liga, por lo que tendría que justificar con creces cada uno de los 48.500.000 de dólares que devengará en los próximos ocho meses.
Bryant jugó sólo media docena de partidos la temporada 2012-2013 debido a un desgarro del tendón de la corva, que sufrió en abril de 2013. Su retorno de esa lesión fue interrumpido después de fracturarse la rótula de la rodilla a principios de la temporada 2013-14.
Antes del salto inicial, Bryant abrazó a Harden y saludó afectuosamente a su excompañero Trevor Ariza, en un encuentro en que de principio a fin fue cuesta arriba para los locales.
El conjunto de Kevin McHale aprovechó la mayor solidez de sus reservas —destacado Kostas Papanikolaou— para irse con 69-85 a falta un cuarto. Los pocos que se quedaron hasta el final fueron testigos de la lesión de Julius Randle. El ala-pívot, elegido en el número 7 del draft de este año, se fracturó la tibia de su pierna derecha en su primer encuentro oficial en la NBA.
La máxima esperanza del equipo angelino para el futuro tuvo que abandonar el gimnasio del Staples Center en camilla.