El tenis chileno, al igual que muchos deportes en el país, no se caracteriza por tener abundancia de recursos, por lo que cualquier aporte monetario es de mucha ayuda.
Esto entendió el empresario chileno James Marlen - ex Jaime Musalem-, quien en los años 60 tuvo la oportunidad de estudiar en la Universidad de Alabama, Estados Unidos, gracias a su performance como tenista en el Orange Bowl, hecho facilitado por la Federación de Tenis.
A partir de allí se quedó en el país norteamericano y comenzó a acumular una gran fortuna al escalar en importantes puestos de las empresas GenCorp y Ameron, por lo que actualmente, a sus 73 años, quiso devolver la "ayuda" que el tenis le dio en su momento.
Es así cómo donó nada menos que un millón de dólares a la Federación con el fin que este dinero se invierta en el descubrimiento y desarrollo de nuevos talentos.
Marlen prometió que se realizará un seguimiento para que los recursos sean bien empleados y se espera que Nicolás Massú y Marcelo Ríos lideren este proceso.