Roger Federer agrandó su leyenda tras coronarse campeón de Wimbledon por octava vez en su carrera, con lo que se convirtió en el primer tenista en obtener ese número de títulos en el Grand Slam londinense.
Por eso, la celebración fue en grande. Tras el duelo donde venció al croata Marin Cilic, Federer asistió a la tradicional cena de los campeones, donde compartió mesa con la española Garbiñe Muguruza, quien se coronó en la final femenina, para después acudir a un pub de Londres acompañado de una cuarentena de familiares y amigos.
Tras la noche de festejos, el suizo realizó una divertida confesión. "Me pesa la cabeza. No sé qué hice anoche. Creo que mezclé demasiadas bebidas", reconoció el suizo en rueda de prensa.
"Pasamos un muy buen rato. Me fui a la cama a las cinco de la mañana y no me sentía muy bien cuando desperté. Solo he empezado a sentirme bien hace una hora", agregó entre risas.