Pese a que el marcador puede indicar lo contrario, Andy Murray debió batallar y mucho para avanzar a las semifinales del Abierto de Australia.
El tenista escocés superó por parciales de 6-3, 7-6 (5), 6-3 al joven e irreverente tenista local Nick Kyrgios.
Además del buen juego del australiano, Murray debió superar a un público que no paraba de apoyar a su nuevo exponente.
Los gritos, los gestos y alguna que otra jugada que no suelen verse en una cancha de tenis pudo haber sacado del partido a Murray.
Sin embargo su experiencia y su juego finalmente se impusieron ante la juventud e inexperiencia de un jugador que a futuro, con seguridad, será una de las buenas figuras.
Ahora, Andy Murray deberá medirse ante el checo Tomas Berdych, quien se convirtió en el verdugo de Rafael Nadal.