La rivalidad más grande del tenis mundial —y probablemente de la historia— firmó este viernes un nuevo capítulo.
En las semifinales del Abierto de Australia, Rafael Nadal y Roger Federer se enfrentaban en un choque que prometía ser, a priori, increíble.
Pese a que mostraron ambos un gran nivel, el español superó finalmente al suizo con excesiva comodidad y avanzó a la final del primer Grand Slam del año tras quedarse con el partido por parciales de 7-6 (4), 6-3 y 6-3.
Así, el número uno del ranking de la ATP se enfrentará este domingo al otro suizo de renombre en el circuito: Stanislas Wawrinka.
En el primer set, ambos no se dieron ventaja y pese a que Nadal tuvo dos puntos de quiebre, no logró romper el servicio de su rival.
El tiebreak se quedó del lado del ibérico ayudado por los sucesivos errores no forzados del helvético.
Con el extenuante primer set de su lado, el partido se le abrió completamente a Rafael Nadal quien dominó de ahí en más.
La segunda manga registró el quiebre en el sexto juego, el que le permitió al español jugar con algo más de soltura. Todo lo terminó con un rápido game de servicio para dejar el set por 6-3 a su favor.
Ya en el tercer set, Nadal volvió a quebrar en el tercer set, pero el suizo se le devolvió de inmediato.
Sin embargo, sobre el final, el manacorí se volvió a adueñar del saque del otrora monarca del circuito para cerrar el partido y el boleto a la final.
Para la estadística quedarán las solo dos oportunidades que tuvo Federer para quebrar el servicio de Nadal y además los 50 errores no forzados que ayudaron en pasajes importantes del partido a la victoria del español.