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El G7 inicia cumbre centrada en la economía mundial e influencia china

No se espera que zanjen las disprepancias entre quienes proponen, como Japón, abrir las billeteras para dinamizar el crecimiento o al contrario, como Alemania, ahorrar más para sanear las cuentas.

Agencia AFP

Jueves 26 de mayo de 2016

Las potencias mundiales del G7 iniciaron este jueves una cumbre de dos días en Japón con la mirada puesta en la renqueante economía mundial y en la creciente influencia de China, fuente de tensiones en la región Asia-pacífico.

El cónclave entre los jefes de Estado y de Gobierno de Estados Unidos, Reino Unido, Francia, Alemania, Italia, Canadá y del anfitrión Japón se lleva a cabo en Ise-Shima, una zona montañosa a unos 300 kilómetros al sudoeste de Tokio.

Los mandatarios recorrieron el jueves un santuario shintoista, una religión nativa de Japón. El viernes irán a Hiroshima, arrasada por un bombardeo nuclear estadounidense en 1945. La presencia de Barack Obama, primer presidente estadounidense en funciones que visita la ciudad, reforzará el carácter simbólico de esa visita.

Obama fue el último de los ilustres huéspedes en llegar Ise-Shima, un lugar de frondosa vegetación. Lo hizo en medio de impresionantes medidas de seguridad, precedido por una caravana de vehículos SUV negros con los vidrios ahumados que avanzaban flanqueados por filas de escolares que agitaban banderas de Japón.

Fue recibido por el ministro nipón, Shinzo Abe, junto a quien cruzó un puente curvo de madera, en dirección al amplio santuario.

La preparación de ese paseo hizo fruncir el ceño a varios analistas, debido a la simbología nacionalista que arrastra ese lugar desde la época en que el shintoísmo era religión de Estado en Japón.

Por la tarde, la agenda prevé una presentación de coches ecológicos, un sector en el que Japón es líder mundial, y una serie de reuniones bilaterales.

La situación de la economía mundial focalizará las discusiones de los participantes, aunque no se espera que zanjen las disprepancias entre quienes proponen, como Japón, abrir las billeteras para dinamizar el crecimiento o al contrario, como Alemania, ahorrar más para sanear las cuentas.