La crisis económica que vive España desde hace ya cinco años sigue siendo primera plana en todo el mundo, sobre todo por las terribles cifras de déficit, desempleo y los recortes que lleva aparejada.
El duro presente, el incierto futuro y la inevitable mirada al pasado para intentar comprender qué paso son materia del día a día en el país ibérico, que busca desesperado el anhelado regreso a la normalidad.
Lo cierto es que no hace falta investigar mucho para encontrar los restos del boom inmobiliario español, que sustentó el "milagro económico" durante la primera década del siglo XXI y acabó convertido en una burbuja inmobiliaria que explotó de forma estrepitosa.
En lo que han sido llamadas "Ruinas modernas: una topografía del lucro", la arquitecta barcelonesa Julia Schulz-Dornburg repasa los restos que dejó el crecimiento económico basado en el ladrillo y el cemento, en forma de desarrollos urbanísticos inacabados en todas sus formas y por toda la geografía hispana.
Además, las desoladoras fotografías vienen acompañadas de las frases con que se publicitaban los proyectos.
Dos ejemplos:
"Pensado para personas que saben disfrutar de la naturaleza y la calidad de vida", puede verse en un terreno en Guadalajara (Castilla La Mancha) en el que solo hay maleza, unos arbolitos plantados y unas tomas de electricidad, con los caminos trazados pero sin edificaciones a la vista.
"El complejo consta de apartamentos de lujo y está completamente cerrado con vigilancia las 24 horas", promocionaba un condominio en Estepona (Málaga, Andalucía) donde ahora sólo hay edificios sin terminar y unos charcos que inundan la zona.
Según reveló al diario El Mundo la autora de la fotografías, "el motor de este proyecto" ha sido "la incredulidad y la fascinación por lo absurdo".
En su opinión, "hay muchas clases de ruinas y sus significados son múltiples. Un edificio en decadencia con vegetación en auge no suele dejar el espectador impasible. Su estado incompleto es sumamente sugerente y se reconstruye en el imaginario como objeto que marca el paso del tiempo, como elemento trágico, monumento melancólico o como simbiosis romántica entre la naturaleza y el hombre".