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Estudio relaciona exposición al cobre con el Alzheimer

Científicos creen que la presencia de este mineral en el ambiente hacen que la proteína beta-amiloide se acumule en el cerebro, ayudando al desarrollo de la enfermedad.

24horas.cl Tvn

Miércoles 31 de diciembre de 1969

El cobre, en el punto de mira de la ciencia por los perjuicios que podría provocar en la salud.

Así los indica, al menos, un estudio publicado en Proceedings of the National Academy of Sciences, quien apunta al metal rojo como uno de los principales factores ambientales que desencadenan el inicio y ayudan a la progresión del Alzheimer, al acelerar la acumulación de proteínas tóxicas en el cerebro.

"Está claro que, con el tiempo, el efecto acumulativo de cobre irá en perjuicio de los sistemas por los que el beta-amiloide se retira del cerebro", afirma Rashid Deane, profesor de Investigación en el Departamento de Nueromedicina Traslacional del Centro Médico de la Universidad de Rochester (URMC, en sus siglas en inglés), en Nueva York (Estados Unidos), y autor principal del estudio. "Este deterioro es uno de los factores clave que causan que la proteína se acumule en el cerebro y se formen las placas que son el sello de la enfermedad de Alzheimer", añade.

Usando células de ratones y del cerebro humano, el equipo de Deane concluyó que el cobre se acumula en el cerebro y provoca la ruptura de la barrera sangre-cerebro, el sistema que controla lo que entra y sale del cerebro, lo que resulta en la acumulación tóxica de la proteína beta-amiloide, un subproducto de la actividad celular.

En el experimento, los ratones recibieron pequeñas dosis de cobre durante tres meses, el equivalente a trazas de metal en el agua potable, lo que supone una décima parte de los estándares de calidad fijados por la Agencia de Protección Ambiental. "Son niveles muy bajos de cobre, el equivalente a lo que la gente consume en una dieta normal", explicó Deane.

Los científicos encontraron que el cobre recorre el sistema de la sangre y se acumula en los vasos que alimentan de sangre al cerebro, específicamente en las "paredes" celulares de los capilares. Estas células son una parte crítica del sistema de defensa del cerebro y ayudan a regular el paso de moléculas hacia y desde el tejido cerebral.

En este caso, las células capilares impiden que el cobre entre en el cerebro, pero, con el tiempo, el metal puede acumularse en estas células con un efecto tóxico, inhibiendo la eliminación de beta-amiloide en el cerebro.

Ya que el cobre se encuentra por todas partes en el suministro de alimentos -desde las tuberías que llevan el agua potable, hasta suplementos nutricionales y en alimentos como carnes rojas, mariscos, frutos secos, y muchas frutas y verduras-, jugando un papel importante y beneficioso en la conducción nerviosa, el crecimiento del hueso, la formación de tejido conectivo y la secreción hormonal, los investigadores pidieron cautela al interpretar los resultados.

"El cobre es un metal esencial y está claro que estos efectos se deben a la exposición durante un largo periodo de tiempo. La clave será encontrar el equilibrio justo entre demasiado poco y consumo excesivo de cobre. Ahora mismo no podemos decir cuál es el nivel correcto, pero la dieta puede finalmente jugar un papel importante en la regulación de este proceso", comentó Deane, según se informó en cuatro.com.

Foto: archivo Agencia Uno