Un clérigo populista paquistaní accedió a poner fin a su campaña de protestas, después de haber reunido a miles de seguidores en Islamabad para pedir la renuncia del gobierno y el fin de la corrupción.
Tahir-ul-Qadri dijo que ya había llegado a un acuerdo con el gobierno de Pakistán en lo que calificó como una situación en la que todos ganan.
El gobierno se comprometió a disolver el Parlamento antes del 16 de marzo a cambio de que el religioso zanjara las movilizaciones.
Sin embargo, el acuerdo está lejos de traer los cambios radicales que había estado exigiendo.