Un tribunal de Pakistán acusó formalmente al ex dictador militar Pervez Musharraf por el asesinato de la ex primera ministra Benazir Bhutto en el 2007.
"Debería ser juzgado", dijo a la prensa el fiscal Mohammad Azhar tras una breve audiencia en la ciudad de Rawalpindi, donde se leyeron los tres cargos de asesinato, conspiración para asesinar y facilitación de asesinato que se le imputan al ex gobernante de facto.
La acusación contra el militar que se hizo con el poder en un golpe de estado en 1999 y fue una vez el hombre más poderoso de Pakistán no tiene precedentes en esta potencia nuclear gobernada por los militares la mitad de sus 66 años de historia.
El caso también ha acabado con una regla no escrita de que los altos cargos militares son intocables, en un momento en que el país asiático trata de deshacerse del legado de décadas de control gobierno militar bajo el nuevo gobierno del primer ministro Nawaz Sharif.
Musharraf negó los cargos, según dijo un abogado defensor a Reuters. Los periodistas no pudieron entrar en el juzgado para la audiencia, que duró unos 20 minutos.
Benazir Bhutto fue asesinada durante una concentración del Partido Popular de Pakistán en el 2007. Ella fue la primera mujer que lideró el país, tras ganar las primeras elecciones democráticas realizadas en el país islámico.