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"Affaire" de Hollande pone en duda seguridad presidencial

Polémica por presunta relación con la actriz Julie Gayet elevó las alarmas respecto a la protección al presidente francés.

24horas.cl Tvn

Martes 14 de enero de 2014

El de Françoise Hollande con la actriz Julie Gayet es algo más que el típico "affaire" con que nos sorprenden de cuando en cuando los presidentes franceses.

Ahora es un problema de seguridad nacional que sobrepasa el romance y lo ha convertido en la preocupación de todo un país.

De acuerdo a los reportes mediáticos que han construido esta historia, el mandatario no tenía límites ni protocolos al momento de reunirse con la actriz.

Escapadas en su motocicleta y el posible arriendo de un departamento ligado indirectamente a la mafia corsa, forman parte de las "locuras" que cometió el líder socialista para dar rienda suelta a su pasión, cuya revelación -por cierto- ha provocado la hospitalización de su pareja oficial, Valérie Trierweiler.

 

Estas salidas del protocolo de seguridad, incluso, fueron confirmadas por el ministro del Interior, Manuel Valls, quien reconoció que nadie controla lo que hace el presidente.

"No estaba al corriente de los desplazamientos del presidente. Si decide ir a algún sitio, es su responsabilidad", dijo Valls.

Agregó, además, que "esto no es Estados Unidos: si un ministro o un político decide no aceptar un dispositivo de seguridad, no se le impone hacerlo".

La libertad con la que se mueve Hollande, en el marco de su vida privada, en la que parece haber roto las fronteras de la fidelidad, tampoco parecen incomodar a la mayoría de los franceses, quienes, en general, no han visto influida su opinión respeto al mandatario.

El escándalo estalló luego que la revista Closer publicara una visita nocturna que Hollande le hizo a su presunta amante.

Ahora, en medio de una crisis privada en la que, aparentemente, habría terminado con su relación con Trierweiler, Hollande enfrenta una compleja situación política que está por ver si acaba traduciéndose en nuevos avances para sus rivales más conservadores.