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No está loco

Expertos consideran que el "Carnicero de Oslo" es penalmente responsable de la matanza.

Mariángel Calderón

Lunes 11 de junio de 2012

A pocas semanas de que se cumpla un año del doble atentado ocurrido en Oslo, los expertos que analizaron la salud mental de Anders Berhing Brevik determinaron que el responsable de la muerte de 77 personas no padece psicosis u otra alteración psíquica que le impida ser considerado penalmente responsbale por sus actos.

Según la psiquiatra que dirigió el grupo de expertos que evaluó a Breivik, Maria Sigurjonsdottir, sólo un integrante de la comisión tuvo dudas del diagnóstico final que estableció que el criminal de ultra derecha sufriera algún tipo de psicosis.

De acuerdo a los especialistas, Breivik no mostró síntomas de padecer alucinaciones, tampoco mostró limitaciones comunicativas y siempre razonó de forma coherente, a pesar de intentar convencer a los especialistas sobre sus ideas extremistas.

No obstante, este viernes, otro de los expertos consultados señalaron que el asesino confeso noruego sufre trastornos neuropsiquiátricos y de desarrollo, pero no es un esquizofrénico paranoide. Breivik, que lucía visiblemente agitado, calificó de "insultante" el testimonio.

Un equipo de expertos concluyó que era psicótico y que sufría de esquizofrenia paranoide, mientras que otro llegó a una resolución opuesta, dejando la decisión en manos del panel de cinco jueces.

"Esto es difícil (...) pero cuestiono (el primer informe) ya que no encontré pruebas de esquizofrenia paranoide", dijo Ulrik Frederick Malt, profesor en la Universidad de Oslo, en la última audiencia del juicio de diez semanas a Breivik.

Sin embargo, Breivik podría padecer el síndrome Asperger un trastorno generalizado del desarrollo que suele comenzar en la infancia, o el síndrome de Tourette, un desorden neuropsicológico que incluye un trastorno de personalidad narcisista, dijo Malt.

Una vez que se le permitió hablar, Breivik atacó diciendo: "Al principio estaba bastante ofendido, pero con el tiempo creo que fue bastante divertido. Las premisas esbozadas no son ciertas". "No soy un egoísta, soy una persona altruista", añadió.

El psicólogo de Breivik en su infancia, que recomendó separarlo de su familia cuanto tenía cuatro años por trastornos de desarrollo, también iba a testificar el viernes pero se le eximió por cuestiones de confidencialidad con el paciente.

Sea cual sea la decisión final, es probable que Breivik pase el resto de su vida en la cárcel de Ila, a las afueras de Oslo. Si se determina que estaba cuerdo, se enfrenta a una pena de 21 años de cárcel y la posibilidad de extenderla indefinidamente mientras pueda ser un peligro para la sociedad. Si estuviese loco, podría ser trasladado a otra área de la cárcel.