La confidencialidad del paciente sería la razón por la que decenas de padres de varias escuelas del Reino Unido no se habrían enterado de que sus hijas, de entre 13 y 16 años, habrían recibido tratamientos anticonceptivos.
Según publicó el diario The Daily Telegraph, son cerca de 7.400 las chicas de 15 años y menos que han recibido inyecciones o implantes que previenen la concepción. Incluso, niñas de 13 años se han sometido a los procedimientos al menos 20 veces.
Debido a las reglas del trato entre el paciente y su médico, el especialista está imposibilitado de entregar información a terceros, a menos que el paciente lo requiera. Por eso, los padres no son informados sobre los tratamientos que reciben sus hijas.
Sin embargo, el doctor y director ejecutivo de la Confraternidad Médica Cristiana del Reino Unido, Peter Sauders, señaló que el sexo en menores de 16 años era ilegal y que "facilitar este comportamiento a espaldas de los padres es poco profesional e irresponsable y moralmente incorrecto".
Los implantes permiten evitar un embarazo durante tres años, mientras que las inyección ofrecen la posibilidad de evitar concebir un hijo sólo por un máximo de tres meses.
A principios del año 2012, los padres de la localidad de Southampton se enfurecieron luego de descubrir que los implantes habían sido ofrecidos a sus hijas. Según publica el medio británico, las mismas prácticas fueron realizadas en escuelas de Bristol, Northumbria, Peterborough, Durham, West Midlands y Berkshire.
La tasa de embarazos adolescentes en el Reino Unido ha caído a su nivel más bajo desde 1969, es una de las más altas de Europa.