Las autoridades de Arabia Saudí han suspendido en el último momento la ejecución de siete jóvenes prevista para hoy martes. La movilización de los activistas de derechos humanos saudíes y la presión internacional han pesado para que la familia real haya considerado la repetición del juicio que les condenó a la pena capital, en uno de los casos, condenado a muerte por crucifixión.
Los siete jóvenes fueron acusados y detenidos por cometer una serie de atracos a mano armada cuando la mayoría de ellos eran menores de edad. Amnistía Internacional y Human Rights Wath denunciaron irregularidades en el juicio, en el que fueron coaccionados para declararse culpables.
Ahora la Corte Real Saudí estudia la petición para repetir el juicio, según Mohammad al Rabhan, un amigo de algunos de los condenados citado por Reuters. Al Rabhan se encontraba entre los dos centenares de familiares y allegados de los jóvenes que desde el domingo se habían concentrado ante el Palacio Real para pedir clemencia.
“El príncipe Miteb prometió a los que se reunieron con él que iba a ordenar una nueva investigación y un nuevo juicio, conmutar la pena de muerte o incluso perdonarles”, aseguró Al Rahban.
Los chicos fueron detenidos en 2006 cuando eran menores. Permanecieron tres años encarcelados, siendo torturados, pasando hambre y sin ser sometidos a juicio. Un juez les declaró culpables y les condenó a muerte en 2009. En el caso de Sarhan, considerado el cabecilla del grupo, la pena estaba agravada con la crucifixión.
“Les intimidaron, les torturaron, fueron privados de sueño y de comida, e incluso les amenazaron con llevar a sus madres para que confesaran”, explicó Mohammad al Qahtani de la Asociación por los Derechos Civiles y Políticos en Arabia Saudí (ACPRA).
En los últimos años se han llevado a cabo una media de ochenta ejecuciones en Arabia Saudí. En lo que va de 2013, ya se han computado 17 casos.