Estuvo más de una década desaparecida. Fue dada incluso por muerta, tras ser secuestrada por una red de trata de blancas.
La víctima, Gabriela Cabrera, tiene ahora 35 años. Nació en Jovita, un pueblo de Córdoba (Argentina) y casi 14 años después, ha vuelto a reunirse con su familia.
Según relata el diario Clarín, Gabriela apareció de la forma inesperada. Tras un domingo de elecciones su madre revisó el padrón electoral, como hizo durante años. Gabriela había votado en Mendoza. Y ese voto se convirtió en la primera señal de que su hija todavía estaba viva.
Gabriela regresó con su familia, pero en su cuerpo están marcadas las secuelas del horror que sufrió durante años. Tiene problemas de pulmón por los golpes, los huesos muy débiles de tantas palizas y le faltan muchos dientes.
"La drogaban, la hicieron prostituta, la tenían desnuda, atada", aseguró Susana, la madre que nunca dejó de buscarla. Gabriela tuvo cuatro hijos, fruto de las violaciones constantes, durante su cautiverio.
Gabriela se fue joven de casa de su familia persiguiendo un amor. Pero su pareja se convirtió en su secuestrador y el hombre que le obligó a prostituirse. En el año 2000, Gabriela logró huir y pasó mucho tiempo deambulando sin destino. Perdió a sus hijos porque alegaron que estaba loca. Su captor está actualmente encarcelado por otro caso: el asesinato de otra mujer.
Actualmente su madre cuida de dos de los hijos de Gabriela, quien ha regresado a Mendoza para tratar de que las autoridades le devuelvan la custodia de los otros dos pequeños.