Un tranquilo baño en las aguas de Huntintong Beach, en California, le cambió la vida a Eugene Finney.
De un segundo a otro, el hombre de 39 años sintió un profundo dolor en la espalda, pero no consiguió descubrir inmediatamente lo que había ocurrido.
Más tarde, en el hotel donde se hospedaba con su familia logró notar que tenía graves heridas debido al ataque de un tiburón, por lo que regresó a su pueblo natal en Massachusetts para ser revisado por un médico.
En el lugar le curaron las heridas, pero también pudieron descubrir que tenía un tumor en el riñón.
Gracias al ataque, los médicos pudieron frenar el cáncer a tiempo, evitando que Finney debiera someterse a quimioterapia y radioterapia.
Según consigna Abc.es, el doctor a cargo del caso aseguró que "el ataque del tiburón le salvó la vida. Si piensas en ello, es realmente algo fascinante".
Foto: Reuters