Un aviso de Venezuela a la Interpol puso la voz señal de alarma y la policía española pudo interceptar un avión privado - en el aeropuerto de Gran Canaria -, que transportaba más de una tonelada de cocaína.
En su interior se encontraron múltiples fardos cargados de droga y estaban envueltos con los emblemas de una organización humanitaria internacional. Se trata de uno de los operativos y decomisos más grandes de la isla, superando lo hecho en abril de este año cuando fueron decomisados en el mismo aeropuerto 400 kilos de cocaína.
Los tres tripulantes de la nave fueron detenidos por delito de tráfico de drogas y sus identidades no fueron reveladas. Se investiga el destino final del cargamento, ya que usaron a España como vehículo de paso. Fuentes policiales aseguraron que el avión tuvo un paso por Trinidad y Tobago y presentaba un plan de vuelo para ir a Brasil.
Las sospechas que permitieron dar con este hallazgo, comenzaron cuando la máquina emprendió su rumbo sin autorización desde Venezuela con las balizas apagadas y con el aeropuerto cerrado. Al percatarse de esta situación, se dio la orden por "secuestro y presunto robo de aeronave" que finalmente terminó en un hallanamiento importante de droga.