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Caso de pederastia remece a Iglesia de EE.UU.

Sacerdote asegura que no se denunciaron abusos sexuales por consejo legal.

Carlos Serrano

Miércoles 23 de mayo de 2012

La Iglesia Católica no denunció nuevos casos de abusos sexuales en su seno siguiendo el consejo de sus asesores legales. Eso es, al menos, lo que testificó un sacerdote cuando los abogados de monseñor William Lynch abrían sus argumentos en el juicio que se sigue por el escándalo de pedofilia en la ciudad de Filadelfia (Pensilvania, Estados Unidos).

A sus 61 años, Lynn es el clérigo de mayor rango que va a juicio por este caso. Está acusado de poner en peligro a los niños y de conspiración por las acusaciones de que encubrió las acusaciones de abuso sexual contra sacerdotes, muchos de los cuales fueron simplemente trasladados a otras parroquias para alejarlos de las sospechas. Podría ser condenado a 28 años de cárcel si es hallado culpable de los cargos.

Monseñor Michael McCulken testificó que la Iglesia Católica rechazó avisar a las autoridades cuando se conocieron las acusaciones de pederastia porque "estaban más allá del estatuto de limitaciones" que existía en la época. "Nuestro consejero legal dijo que no había necesidad de informar", afirmó McCulken, secretario asistente a las órdenes de Lynn entre 1994 y 1997.

Lynn supervisó a los sacerdotes de Filadelfia durante doce años. Con 1,5 miliones de miembros, esta Archidiócesis es la sexta mayor en Estados Unidos.

Al cuestionar al testigo, el abogado defensor Jeff Lindy intentó retratar a la oficina del secretario como saturada de trabajo y con poco personal, con sólo dos clérigos -McCulken y Lynn-, además de varios asistentes de rango menor encargados de vigilar los casos de abusos sexuales.

McCulken indicó que ahora la labor de investigar y actuar contra las acusaciones de abuso sexual se realiza con cerca de quince funcionarios en la archidiócesis, que está dirigida por un ex fiscal con experiencia en estso casos. También aseguró que Lynn era compasivo al tratar con personas que informaban de abusos a la Iglesia. "A veces no compartían solo las acusaciones, sino también la experiencia de sus vidas. (Lynn) les ofrecía su compasión".

En lo referente al manejo de las acusaciones, McCulken indicó que los sacerdotes eran llamados a la archidiócesis, donde debían enfrentarse a los cargos. Si un religioso admitía los abusos, Lynn le retiraba de sus funciones y le envía a seguir consejo en un edificio de la Iglesia llamado Centro St. John Vianney.

También se juzga al reverendo James Brennan, que está acusado de intentar violar a un joven de 14 años.

La apertura de los argumentos de la defensa llegaron apneas dos días después de que la archidiócesis declarara, en un gesto inédito, que dos clérigos no eran aptos para el ministerio.