El poderoso e intrigante presidente ruso, Vladimir Putin, fue objeto de un curioso estudio médico que pretendía determinar el por qué de su forma de caminar.

El jefe del Kremlin suele mantener el brazo izquierdo en movimiento y el derecho casi inmóvil, lo que desde hace un tiempo llamaba bastante la atención de los medios.

Ante las especulaciones sobre un posible padecimiento de Parkinson, la revista científica British Medical Journal (BMJ) se propuso analizar el "paso del pistolero" de Putin.

La conclusión a la que llegó el equipo de neurólogos de Portugal, Italia y Holanda, especializados en las perturbaciones del movimiento, es que su forma de caminar responde a su pasado en las filas de la KGB, los servicios secretos soviéticos, o un entrenamiento militar intensivo.

El Parkinson fue descartado debido a la ausencia de otros signos, como el temblor de las manos o una escasa coordinación de los miembros.

Los médicos hicieron mención a un "manual de entrenamiento de la KGB", en el que se instruye que los espías deben caminar con la mano derecha pegada al pecho para poder desenfundar el arma en una fracción de segundo.

"Encontramos otros ejemplos de una oscilación mínima de un brazo vinculada al manejo de las armas: en los vaqueros de las películas del oeste", agrega el estudio.

Otras hipótesis anteriores especulaban sobre un posible sufrimiento fetal, un ataque cerebral, una parálisis causada por un parto con fórceps o secuelas de una poliomielitis.

Pero esas hipótesis fueron descartadas debido a que Putin tiene fortaleza física y una gran movilidad del hombro y el brazo derecho.