Kim Jon-Un se convertirá en el primer líder de su país que pise suelo surcoreano desde la guerra (1950-1953), ello con la idea de mejorar su relación con el Sur.
El anuncio de esta visita fue acompañado de la noticia, de que a partir de ahora Corea del Norte ya no lanzará más misiles intercontinentales ni probará bombas nucleares.
Los preparativos se presentan prometedores. Además del anuncio del fin de semana, Corea del Norte parece dispuesta -según el Sur- a aceptar que continúen las tropas estadounidenses en el territorio Surcoreano y a tratar un acuerdo que ponga fin a las hostilidades entre los dos países.
Según lo señalado por el diario El País, en el sur la celebración de la cumbre cuenta con el apoyo de la población, que según una encuesta elaborada la semana pasada por la firma Realmente apoya en un 78,7% un acuerdo con el norte. Solo un 14,5% se declara en contra.
Moon apuesta a mejorar su relación política con el norte y mantiene como meta la desnuclearización norcoreana.
Por su parte Kim, ha sorprendido al mundo con su disposición desde que su país participó en los juegos Olímpicos de Invierno del Sur en febrero quiere adquirir legitimidad internacional, mejorar su relación internacional, y por supuesto la suavización de las sanciones internacionales.
El líder norcoreano manifestó que ahora que no tiene interés por las armas nucleares, se encargará en trabajar por el desarrollo económico de su país, estableciendo el modelo económico socialista.
Los temas a tratar en la reunión de este viernes son, la congelación del programa de armamento, y las promesas de que no permitirá la proliferación nuclear. Por su parte Donald Trump insiste en que, antes de suavizar cualquier sanción contra Corea del Norte, es necesario el desarme.
“Trump quiere que Kim le dé una ‘victoria’ expresando en la cumbre un deseo claro de lograr la desnuclearización. El objetivo principal de los preparativos estadounidenses para la cumbre es tratar de garantizar que Kim se comprometerá, al menos en alguna forma, a esta meta clave para que Trump no quede decepcionado, avergonzado y enfadado”, según lo indicó Eurasia Group en una nota.