A una década de su apertura, la cárcel de Guantánamo suma una nueva muerte a sus estadísticas. A través de un comunicado emitido por el Pentágono, las autoridades confirmaron el fallecimiento de uno de los detenidos del recinto penal ubicado en Cuba.
Un portavoz del Departamento de Defensa de Estados Unidos señaló que "durante la realización de los controles rutinarios, los guardias de la Fuerza Conjunta de Guantánamo encontraron al detenido inconsciente. Los guardias realizaron inmediatamente los procedimientos de primeros auxilios y llamaron al personal médico".
Luego de realizarle una serie de procedimientos médicos, el detenido -cuya identidad y procedencia no han sido reveladas por las autoridades- fue declarado muerto por un médico. El ejército detalló, además, que "los restos del fallecido se están tratando con respeto hacia las tradiciones y la cultura islámicas".
Los restos del individuo serán sometidos a una autopsia para determinar las causas de su muerte. Después, los restos serán repatriados a un destino que aún no ha sido revelado por las autoridades.
El hombre falleció en Camp 5, una edificación de máxima seguridad en donde se retiene a quienes violaron las normas del centro de detención. El prisionero se encontraba allí "en situación disciplinaria" debido a que recientemente atacó a un guardia con un "cóctel" de fluidos corporales, explicó Robert Durand, vocero del recinto.
Anteriormente, el hombre había mantenido una huelga de hambre y su peso cayó tanto que se le dieron suplementos nutricionales por la fuerza, aunque algunas veces ingirió alimentos durante su huelga de hambre, agregó el portavoz.
El fallecido no estaba incluido en el pequeño grupo que actualmente enfrenta cargos en el tribunal de guerra de la base y tampoco reunía los elementos para ser juzgado, dijo Durand.
Como parte de los protocolos de seguridad, el Servicio Naval de Investigaciones Criminales inició las indagaciones para establecer las causas del fallecimiento del detenido.
Este es el noveno detenido que fallece al interior del recinto desde que fue abierto hace 10 años por George W. Bush con el objetivo de retener a los sospechosos de terrorismo. Cifras oficiales indican que hasta la fecha hay 167 personas retenidas.