Tal como dan cuenta las imágenes difundidas por agencia Reuters, la emoción se apoderó de Luis Vargas apenas escuchó las palabras emitidas en la sala por el juez de Los Angeles (Estados Unidos), William Ryde.
Luego de 16 años tras las rejas por reiteradas agresiones sexuales, este hombre fue exonerado gracias a una prueba de ADN que comprobó que otro sujeto cometió los crímenes por los que él estaba acusado.
Todo se remonta a 1996, cuando un sujeto identificado como "el violador de la lágrima" comenzó a protagonizar una serie de violaciones que a lo largo de los años posteriores llegaron a 30. Su apodo se debía a un tatuaje que llevaba justo debajo de uno de sus ojos.
Según relató el medio USA Today, Vargas vivía cerca de los lugares donde se materializaron los abusos y tenía un tatuaje similar al del agresor.
Luego de ser detenido por la policía, Vargas fue condenado en 1999 a 55 años en prisión por tres violaciones. Sin embargo, mientras estaba preso los delitos siguieron ocurriendo.
El acusado mantuvo siempre su postura de inocencia y contactó a los abogados del proyecto "California Innocence Project at California Western School of Law" a quienes les contó que creía que las violaciones de las que se le acusaban eran obra de otra persona.
Tras ser exonerado, Vargas seguirá bajo custodia porque su visado fue revocado cuando fue declarado culpable.
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