La justicia rechazó este lunes la libertad bajo fianza del multimillonario estadounidense Robert Durst, acusado de un asesinato que reconoció inadvertidamente durante la filmación de un documental, por existir riesgo de fuga.
El excéntrico multimillonario, de 71 años, fue acusado el lunes de la semana pasada en Los Ángeles del asesinato de su amiga cercana Susan Berman en el año 2000 luego de que admitiera inadvertidamente su culpabilidad en una serie documental que HBO consagrada a su vida.
En el último episodio de la serie televisiva se escucha a Robert Durst murmurándose a sí mismo: "¿Qué demonios hice? Los maté a todos, por supuesto", sin saber que su micrófono estaba abierto.
No es aún seguro que esta aparente confesión sea sincera, pero según algunos medios de prensa las autoridades de Los Ángeles se apoyaron en ellas para ordenar su detención.
Durst, dueño de una dinastía inmobiliaria de 4.400 millones de dólares, fue arrestado el sábado en Nueva Orleans, donde sigue detenido, luego de que la Policía encontrara una pistola calibre .38 y marihuana en su habitación de hotel.
Es un desenlace inesperado del caso Durst, que tiene intrigado a Estados Unidos desde la desaparición de su esposa Kathleen en 1982 en la periferia de Nueva York.
Afirmando que los ratings en televisión están impulsando el caso en Nueva Orleans, los abogados de Durst pidieron que sea trasladado a California lo antes posible.
"Vamos a seguir peleando por Bob", dijo el abogado Dick DeGuerin.
Berman, hija de un mafioso de Las Vegas, fue hallada con una bala en la cabeza en su casa en Beverly Hills, en Los Ángeles, un día antes de que se reabriera la investigación por la desaparición de la esposa de Durst.
El abogado de Durst, Dick DeGuerin, declaró que la detención de su cliente se debía a cuestiones de audiencia y no a los hechos.
El jefe de Policía de Los Angeles, Charlie Beck, aseguró, en cambio, que el expediente y los cargos contra Durst era "independientes del documental".
Los fiscales podrían pedir la pena de muerte a causa de las circunstancias especiales, en particular porque Berman iba a testificar al día siguiente de su muerte ante la Policía en el caso de la desaparición aún no resuelta de Kathleen Durst, la primera mujer de Robert Durst, en 1982.
Foto: Reuters. Fuente: AFP.