Estuvo siete largos meses sin decir una sola palabra.
Pero este domingo el presidente de Siria, Bashar al Assad, rompió el silencio y sostuvo su primer discurso público.
Asad fue enfático en señalar que el conflicto no enfrenta "al poder y la oposición, sino a la patria y sus enemigos, al pueblo y sus asesinos".
El mandatario insistió en que "los enemigos de Siria quieren partir al país".