No es algo habitual ver a la monarquía británica mezclarse con el resto de los mortales, aunque sólo fuera durante tres cortos pero intensos minutos. Por primera vez en 33 años, el príncipe Carlos de Inglaterra se subió al metro de Londres, acompañado por su mujer, Camila Parker.
El heredero al trono británico, de 64 años, y la duquesa de Cornualles viajaron en la línea Metropolitana londinense desde la estación de Farringdon hasta la contigua y concurrida de King's Cross.
El viaje no se debe a motivos de austeridad, sino que es parte de la conmemoración del 150 aniversario del Metro de Londres, el más antiguo del mundo. Aunque Carlos y Camila pudieron disfrutar de comodidades casi prohibidas para los usuarios rutinarios. Durante el brevísimo viaje, agentes de la policía impidieron a los ciudadanos que estaban en el mismo convoy acercarse demasiado a la pareja real, que gozó de todo el espacio necesario.
La última vez que el príncipe Carlos de Inglaterra había utilizado el Metro de Londres fue en abril de 1979, cuando inauguró la última parte de la línea Jubilee del suburbano.