Lluvias torrenciales, vientos de hasta 130 kilómetros por hora y bajas temperaturas son algunas de las consecuencias del paso de la tormenta St. Jude, en el sudeste de Inglaterra.
El fenómeno climático, que fue catalogado como el peor en cinco años, provocó que unas 200 mil casas se quedaran sin energía eléctrica y generó un caos vial y aéreo en gran parte del sur del país.
El servicio de trenes fue suspendido y lo mismo pasó con cientos de vuelos. Las autoridades advirtieron a los británicos que se quedaran en sus casas y no viajaran al menos que fuera extremadamente necesario.
El sur de Gales, Bath y Bristol, son algunas de las localidades más afectadas por la tormenta que también generó inundaciones y cortes de tránsito, provocados por la caída de árboles al camino.
Hasta el momento, la única víctima fatal es una niña de 17 años que murió, luego que un árbol cayera sobre su vivienda en la localidad de Hever.
En el aeropuerto de Heathrow, en Londres, 130 vuelos fueron cancelados.
La tormenta fue llamada St. Jude por la prensa en honor al patrono de las causas perdidas y fue comparada con un fenómeno climático ocurrido 1987 donde 18 personas murieron.
