El 17 de agosto, las imágenes de un niño sirio de cinco años llamado Omran Daqneesh dieron la vuelta al mundo. Y actualmente, ocho meses después de que se difundiera ampliamente su caso por redes sociales, su situación sigue siendo sombría.
El pequeño, con el semblante aturdido y el rostro y cuerpo completamente sucios, había sobrevivido a un ataque aéreo en la ciudad de Alepo, que se encuentra casi en ruinas por la guerra civil, y estaba sentado en una ambulancia junto a su hermana cuando lo grabaron. Tan mareado se veía que, pese a una herida en su cabeza, ni lloró.
"Un doctor en Alepo acaba de enviarme la imagen de un niño aturdido que sobrevivió a un ataque aéreo. Su nombre es Omran Daqneesh y tiene cinco años", dijo en ese entonces Raf Sánchez, corresponsal del diario británico The Telegraph en su Twitter.
Sin embargo, tras haberse vuelto una especie de símbolo de la catástrofe de la guerra, el régimen sirio no lo ayudó, sino que él y su familia quedaron bajo pena domiciliaria.
Mahmoud Raslan, periodista que presenció el momento en que Daqneesh se encontraba en la ambulancia, relató que "perdí el contacto con la familia de Omran. La milicia de Al Assad arribó y su familia fue confinada bajo arresto domiciliario, donde no pueden ser contactados por los medios occidentales. Su residencia fue modificada y él y sus familiares fueron puestos bajo custodia".
Por eso, la fama de Daqneesh a través de la foto le valieron a él y su familia el confinamiento, ya que el régimen reaccionó de manera muy negativa a su difusión y el video que registró al niño, tras lo cual llegaron a decir que la imagen era una falsificación y un truco para dañar la imagen del gobierno sirio.