En el contexto de la fuerte crisis política que remece al gobierno brasileño, principalmente a personalidades como el presidente Michel Temer y el senador Aécio Neves por casos de corrupción, los líderes opositores Lula da Silva y Dilma Rousseff también fueron acusados de corrupción relacionada a la empresa frigorífica JBS.
Según el diario O Estado de S. Paulo, el empresario Joesley Batista dijo en declaraciones de delación compensada afirmó la existencia de dos cuentas corrientes de sobornos cuyos beneficiarios serían los dos ex presidentes, cuyo saldo alcanzó la suma de US$ 150 millones en 2014.
En la delación dijo, además, que el ex ministro de Hacienda, Guido Mantega, administraba las cuentas. La primera de ellas, abierta en 2009, fue destinada a Lula; al año siguiente, se abrió una para Dilma.
Entre otros aspectos, Batista detalló que "los saldos de las cuentas relacionadas a Lula y Dilma eran formados por los sucesivos ajustes de sobornos del esquema BNDES", en el cual se desviaba dinero del Banco Nacional de Desarrollo Económico y Social, y aseguró que el ex ministro Guido Mantega confirmó que Lula y Dilma sabían de la existencia de este esquema de malversaciones de fondos.
El empresario comentó, además, que en octubre de 2014 se encontró con el ex jefe de Estado brasileño en el Instituto Lula (fundación de la cual el ex mandatario es presidente de honor) y le garantizó que las donaciones oficiales de JBS ya habían sobrepasado los 300 millones de reales (equivalentes a US$ 92 millones).
En el documento de la declaración consta también que Batista "indagó si Lula notaba el riesgo de exposición que eso atraía, bajo la premisa implícita de que no había plataforma ideológica que explicara dicho monto tan elevado, y que el ex presidente le miró a los ojos y no dijo nada".
Tras la publicación de estas informaciones, la defensa de Lula emitió un comunicado en el cual plantea que "las afirmaciones en relación a Lula no derivan de cualquier contacto con el ex Presidente, sino de supuestos diálogos con terceros que ni siquiera fueron probados".
"La verdad es que la vida de Lula y sus familiares fue devastada por la Operación Lava Jato. Todos los sigilos fueron levantados y ningún valor ilícito fue encontrado, evidenciando que Lula es inocente", concluyó el mensaje.