Dicen que después de la tormenta siempre viene la calma. Sin embargo, en Irak parece que antes de lograr un acuerdo en torno al conflicto nuclear con Irán, una tormenta de arena nubló las calles y provocó algunos problemas de tráfico en la capital, Bagdad. Además produjo el cierre del aeropuerto.
El fenómeno climático sucede un día antes de la reunión donde seis potencias pondrán a prueba la voluntad iraní de dar información transparente sobre su programa nuclear.
Irán, que niega cualquier ambición para desarrollar armas nucleares, ha amenazado con represalias y los precios del petróleo se han elevado ante el temor de que una nueva guerra en Oriente Medio sacuda una economía mundial ya inestable.