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Explican por qué el terremoto 7.1 fue tan devastador en Ciudad de México

Expertos asocian la cantidad de edificios caídos al tipo de suelo que hay en el centro del país, que además es históricamente sísmico.

Agencia AFP

Miércoles 20 de septiembre de 2017

Como es sabido, México fue golpeado este martes por un terremoto de magnitud 7.1 con epicentro en el centro del país, el cual ha provocado hasta el momento 225 muertes. Este sismo es considerado de magnitud "media fuerte", indicó a agencia AFP Yann Klinger, especialista en tectónica de placas del Instituto de física del mundo en París.

Las consecuencias del fenómeno fueron devastadoras en el distrito federal ya que, según los expertos, la capital está construida sobre un depósito de sedimentos que amplifica las ondas sísmicas. En comparación, el sismo ocurrido en el sur de México el 7 de septiembre, de magnitud 8,2, era "un monstruo" pero fue relativamente menos mortífero (100 muertos).

"El que haya muchas más víctimas esta vez se debe especialmente a la configuración específica de México", indicó Klinger. "México es un lugar muy activo en el plano sísmico", subraya por su parte el sismólogo Michel Campillo, profesor en la Universidad de Grenoble (Francia).

 

El gran temblor de 1985, de magnitud 8,1, que devastó México, causó más de 10.000 muertos (30.000, según algunos cálculos). "El sismo del martes está relacionado con el hundimiento de la placa Cocos, una microplaca situada debajo de la placa Norteamérica", declaró Yann Klinger.

Esta microplaca está "atrapada" entre la placa Pacífico y la placa Norteamérica, dijo. Tradicionalmente la costa oeste de México registra grandes sismos por el frotamiento entre la placa oceánica y la placa continental.

"Pero el sismo del martes es un poco  particular pues está localizado más al este. En vez de hundirse suavemente, la placa Cocos flotó un poco y luego terminó por impactarse más lejos hacia el este. Se torció y se quebró. En ese lugar se produjo el sismo", subraya Klinger.

Se trata de un "sismo intraplaca", que ocurre al interior de una placa, y no un "sismo de subducción" clásico (ruptura en la interfaz de la placa oceánica y la placa continental). Fue lo que ocurrió el 7 de septiembre.

El epicentro del sismo del martes estuvo situado a 120 kilómetros de la capital mexicana y se dio a una profundidad de 57 kilómetros.

 

"ARENAS MOVEDIZAS"

La megalópolis está construida sobre una cuenca sedimentaria y un lago seco, subrayan los expertos.

Cualquiera que sea el tipo de sismo (intraplacas o de subducción), esta configuración geológica produce una amplificación de las ondas sísmicas, con frecuencias muy perjudiciales para los edificios de varios pisos. De ahí su peligro creciente para los habitantes.

"Hay dos efectos muy funestos que se conjugan. Las ondas son atrapadas en la cuenca y amplificadas. Además, los sedimentos (arcillas, arenas) pierden su coherencia al ser sacudidos y experimentan un proceso de licuefacción como las arenas movedizas", explica Yann Klinger.

Algunas imágenes del sismo del martes se "parecen a las de 1985, con edificios desplomados sobre sí mismos", precisa Michel Campillo. David Rothery, profesor de geociencias en The Open University (Reino Unido) subraya también que en la ciudad de México "la naturaleza del terreno tiende a amplificar el temblor, como en 1985".

Pero el experto se interroga sobre el hundimiento de la escuela primaria y secundaria Enrique Rebsamen en la ciudad de México, donde murieron 21 alumnos y 5 adultos. "Parece que se trata de un edificio moderno", escribió en un comentario publicado por Science Media Centre (SMC).

"Si hubiera sido construido correctamente, no se hubiera derrumbado y espero que se hagan indagaciones para saber si los requisitos de la construcción fueron respetados", dijo.

Los científicos esperan réplicas en los próximos días o semanas. "En un esquema clásico, las réplicas son de magnitud más moderada que el sismo inicial. Pero no se puede descartar que haya aun temblores muy fuertes", dice Yann Klinger.