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Gobierno turco anuncia "mano dura" para poner fin a protestas

Trabajadores se enfrentan a la policía en Ankara y se anuncian nuevas marchas de protesta en Estambul, mientras el Gobierno amenaza con sacar al ejército a las calles.

24horas.cl Tvn

Lunes 17 de junio de 2013

Policías antidisturbios turcos, respaldados por cañones de agua, enfrentaron a alrededor de mil trabajadores sindicalizados este lunes en la capital Ankara, tras un fin de semana en que tuvieron lugar algunos de los peores enfrentamientos desde que se desataron unas protestas antigubernamentales hace ahora tres semanas.

Funcionarios de policía usaron megáfonos para ordenar a los trabajadores que pusieran fin a su marcha hacia el distrito Kizilay de Ankara.

Nuevas marchas de trabajadores en paro estaban programadas para este lunes en Estambul, pese a advertencias del Gobierno de que las manifestaciones no serán toleradas.

"Existe un intento para llevar a la gente a las calles a través de huelgas y paralizaciones de trabajos. Esto no será permitido", dijo a la prensa el ministro del Interior, Muammer Guler.

El primer ministro, Tayyip Erdogan, busca restaurar la calma tras un fin de semana agitado, en el que la policía lanzó gas lacrimógeno y usó cañones de agua para dispersar a cientos de manifestantes alrededor de la Plaza Taksim en Estambul, el punto focal de las protestas.

La policía detuvo a 441 personas con relación a los enfrentamientos en Estambul el domingo y a 56 en Ankara. Al menos cuatro personas han perdido la vida y alrededor de 5.000 han resultado heridas en 18 días de violencia, según la Asociación Médica Turca.

Lo que comenzó como una pequeña protesta por parte de medioambientalistas descontentos por planes gubernamentales para construir un parque público aledaño a la plaza Taksim, se ha convertido en un movimiento contra Erdogan.

GOBIERNO PLANEA SACAR AL EJÉRCITO A LAS CALLES

El viceprimer ministro de Turquía, Bulent Arinc, ha reiterado su respaldo a la actuación de la Policía en el desalojo de la plaza Taksim y el parque Gezi en Estambul y ha advertido de que sacará al Ejército a la calle si la situación se vuelve incontrolable.

Arinc ha asegurado, en una entrevista en televisión, que el Gobierno tiene el deber de "detener una protesta ilegal". "Aquí está la Policía, si no basta tenemos gendarmes y, si no, las Fuerzas Armadas", ha afirmado el 'número dos' del Ejecutivo, según el periódico Hurriyet.

Arinc ha subrayado que "nadie debería tener queja de la Policía" y ha sugerido que quienes critican su actuación durante los últimos días son precisamente quienes intentan destruir las principales ciudades del país. En este sentido, ha indicado que las concentraciones de las últimas dos semanas no tienen nada que ver que con las "manifestaciones inocentes" que comenzaron hace 20 días en protesta por la destrucción del parque Gezi.

PREOCUPACION DE MERKEL

Este lunes también hubo enfrentamientos en la ciudad de Eskisehir, ubicada a unos 200 kilómetros al sureste de Estambul, donde la policía usó gas lacrimógeno y cañones de agua para dispersar a multitudes y retiró cientos de tiendas de campaña, según informó la agencia de noticias local Dogan.

El comisario europeo de Ampliación y Política Europea de Vecindad, Stefan Fuele, expresó preocupación sobre los hechos en Turquía, cuyas negociaciones para unirse al bloque se han visto afectadas debido a su historial en materia de derechos humanos y libertad de expresión.

Alemania ha albergado desde hace tiempo dudas sobre la entrada de Turquía a la Unión Europea. La canciller germana, Angela Merkel, dijo estar "anonadada, como muchos otros" por la dura respuesta de Turquía a las protestas.

"Me gustaría ver a aquellos que tienen una opinión diferente y una idea diferente de sociedad con algo de espacio en una Turquía que se mueve hacia el siglo XXI", comentó Merkel al canal alemán RTL.

"Lo que está sucediendo en Turquía ahora no está en línea con nuestra idea de libertad de manifestación o libertad de expresión", agregó.

Aunque la agitación en Turquía no ha presentado una amenaza seria al Gobierno de 10 años de Erdogan, plantea el mayor desafío público al liderazgo de un hombre que ha guiado al país a la prosperidad económica y a una estabilidad relativa en la periferia de un volátil Oriente Medio.

El político de 59 años dijo a un mar de manifestantes en Estambul el domingo que la agitación había sido manipulada por "terroristas" y desestimó las sugerencias de que se está comportando como un dictador.