Las campanas repicaron y miles de personas rezaron con la cabeza baja este jueves en Hiroshima, en las ceremonias que marcaron el 70 aniversario del lanzamiento de la primera bomba atómica en el mundo y que subrayaron las crecientes tensiones por los intentos de Japón de dejar atrás su Constitución pacifista.
El alcalde de Hiroshima, Kazumi Matsui, pidió la abolición de las armas nucleares y exigió la creación de sistemas de seguridad que no dependan del poder militar.
El primer ministro, Shinzo Abe, y su gobierno están aprobando leyes de seguridad en el Parlamento que podrían permitir el envío de tropas japonesas a conflictos por vez primera desde la Segunda Guerra Mundial, situación que generó protestas a lo largo del país.
A las 08:15, hora local (23.15 GMT), el momento exacto en que explotó la bomba el 6 de agosto de 1945, la multitud guardó un minuto de silencio bajo el fuerte calor del verano boreal, con el sonido de fondo de las cigarras y los tañidos de la Campana de la Paz.
Muchos de los presentes en la ceremonia renovaron sus llamados por la paz.
La oposición a las leyes de seguridad de Abe, que fueron aprobadas ya en la cámara baja del Parlamento y están siendo debatidas en la cámara alta ahora, sigue fuerte, y sus índices de popularidad de Abe han caído por debajo del 40 por ciento.
Muchos de los que aún guardan recuerdos del conflicto y sus secuelas rechazan los esfuerzos de Abe por dejar atrás la Constitución pacifista de Japón, en busca de una posición más robusta en seguridad -un objetivo político clave- y su deseo de adoptar un tono menos apologético hacia la guerra en Asia.
Fuente y foto: Reuters