La holgada victoria socialista en las elecciones parlamentarias del fin de semana, permitirán al presidente francés, François Hollande, impulsar su agenda de reformas para controlar el déficit francés y promover el crecimiento económico en Europa.
Los socialistas y sus aliados obtuvieron 307 asientos, superando ampliamente los 289 requeridos para tener la mayoría en la Asamblea Nacional. Las cifras definitivas, que incluyen los territorios de ultramar, se conocerán pronto y las encuestas predicen que los socialistas podrían sumar hasta 320 escaños.
Los socialistas usarán una sesión especial del Parlamento el mes que viene para reducir las exenciones impositivas y subir las tasas para grandes empresas, en concreto bancos y compañías energéticas.
Las medidas son parte del giro de Hollande para equilibrar el presupuesto francés en 2017 y persuadir a Alemania de que respalde su llamamiento a un paquete de estímulo de más de 100.000 millones de euros para impulsar el crecimiento.
El ministro del Interior, Manuel Valls, dijo que el Gobierno no desperdiciaría tiempo a la hora de ejecutar las reformas prometidas.
"Tenemos que solucionar las finanzas del país, asegurarnos de que logremos un presupuesto equilibrado para 2017, y al mismo tiempo perseguir nuestras prioridades en términos de crecimiento, empleo, educación y seguridad", dijo Valls, prometiendo reformas impositivas que aseguren que los franceses más ricos contribuyan con su parte.
Las elecciones de este fin de semana confirmaron el vuelco a la izquierda, la caída del centro y la llegada histórica de la ultra derecha. El partido de Nicolás Sarkozy perdió cerca de 100 escaños.